Lo que debes conocer de los sabores del café

Cuando un barista describe un café con notas de chocolate, naranja o nueces, surge una pregunta natural: ¿de dónde provienen esos sabores? ¿Son añadidos artificialmente? La respuesta es un rotundo no. Esos sabores no son aditivos, sino la "voz" inherente del café, una expresión compleja de su genética, su origen y el arte de su cultivo y preparación. Cada sorbo es el resultado de un viaje extraordinario que comienza en la tierra y culmina en la taza.

Este artículo servirá como una guía científica para desmitificar el viaje del sabor, desde la planta de café hasta la bebida final. Se explorarán los orígenes bioquímicos de estas notas, se perfilarán las características sensoriales únicas de célebres variedades colombianas y se ofrecerán herramientas para que usted, el consumidor, pueda entrenar su paladar y apreciar el espectro completo y sin adulterar del café de especialidad. Se analizará la ciencia detrás de la creación del sabor, se profundizará en las variedades Caturra, Castillo, Tabi y Colombia, se proporcionará una guía práctica para el desarrollo del paladar y se examinará por qué, desde una perspectiva científica, el azúcar a menudo resulta innecesario.

Una complejidad natural de sabores

La anatomía del sabor: del terruño a la transformación

Para comprender por qué un café sabe a cítricos y otro a caramelo, es necesario analizar la ciencia que gobierna su composición y transformación. El sabor es el resultado de una cadena causal que involucra la genética de la planta, el entorno en el que crece, el método de procesamiento posterior a la cosecha y, de manera crucial, el proceso de tueste.

El plan maestro: precursores de sabor en el grano verde

El grano de café verde y sin tostar es un reservorio de precursores químicos, los componentes básicos del sabor. En esta etapa, los sabores que reconocemos aún no existen, pero su potencial está latente. Los precursores clave incluyen:   

  • Carbohidratos: compuestos como la sacarosa, la fructosa y la glucosa actúan como el combustible para las reacciones de pardeamiento durante el tueste y contribuyen directamente a la dulzura de la bebida final.   

  • Compuestos nitrogenados: las proteínas y los aminoácidos libres son cruciales para la Reacción de Maillard, uno de los procesos de desarrollo de sabor más importantes.   

  • Ácidos Orgánicos: Los ácidos clorogénicos, por ejemplo, no solo contribuyen a la acidez, el cuerpo y el amargor del café, sino que también se transforman durante el tueste en compuestos que influyen en el perfil de sabor general.  

La concentración específica de estos precursores está determinada por la genética del café (la variedad) y es modulada por su entorno de cultivo, conocido como terroir. Factores como la altitud, el tipo de suelo y la sombra influyen directamente en la química del grano. Por ejemplo, los cafés cultivados a mayor altitud tienden a desarrollar una mayor acidez y complejidad.  

 El catalizador: desbloqueando el sabor a través del tueste

El tueste es un proceso químico controlado que transforma los precursores latentes en cientos de compuestos aromáticos que percibimos como sabor. Se han identificado más de 1.000 compuestos volátiles en el café tostado, aunque un subconjunto más pequeño es responsable del aroma principal. Las reacciones clave incluyen:   

  • La reacción de maillard: esta reacción de pardeamiento no enzimático ocurre entre los aminoácidos y los azúcares reductores a temperaturas que comienzan alrededor de los 150 °C. Es responsable de crear una vasta gama de compuestos de sabor, entre ellos:   

    • Pirazinas: generan notas a nuez, tostadas, a cereal y torrefactas.   

    • Pirroles y furanos: contribuyen a notas de caramelo, dulces y de azúcar quemada.   

  • Caramelización: este proceso, distinto de la Reacción de Maillard, es la descomposición térmica de los azúcares a temperaturas más altas. Es responsable de desarrollar la dulzura, las notas de caramelo y el cuerpo, al tiempo que reduce la acidez percibida.   

  • Pirólisis: a las temperaturas más altas, características de los tuestes oscuros, este proceso implica la descomposición térmica de la materia orgánica, creando notas ahumadas, especiadas y amargas.   

La habilidad del tostador reside en navegar estas reacciones con precisión para resaltar el potencial inherente del grano. Los tuestes claros preservan más los ácidos orgánicos originales y los productos afrutados de Maillard, mientras que los tuestes oscuros están dominados por compuestos de caramelización y pirólisis.   

El Factor X: La Influencia del Procesamiento

El método de procesamiento posterior a la cosecha (lavado, natural, honey) añade otra capa de complejidad antes del tueste. La fermentación, impulsada por levaduras y bacterias presentes en el mucílago de la cereza de café, crea nuevos compuestos precursores como ésteres, alcoholes y ácidos orgánicos. Estos compuestos son los responsables de muchas de las notas afrutadas, vínicas y florales que se encuentran en los cafés de especialidad. Esto explica por qué dos cafés de la misma variedad, pero procesados de manera diferente, pueden tener perfiles de sabor drásticamente distintos.   

En conjunto, estos factores demuestran que el sabor en una taza de café no es un evento aislado, sino la culminación de una cadena causal multifactorial. Una nota de "chocolate" no es un aditivo; es el resultado perceptible de precursores específicos (azúcares, aminoácidos) transformados por la Reacción de Maillard en un grano cuya historia genética y ambiental favoreció la creación de dichos precursores. Esta visión holística es el argumento más sólido contra la idea errónea de los "sabores añadidos".

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